Está claro que existen muchos intereses económicos alrededor
de los alimentos básicos de nuestra alimentación diaria. Y esos poderosos
intereses suelen valerse de falsas afirmaciones e históricos mitos para
conseguir que sus productos se vendan y se consuman de forma masiva. Siendo
alimentos sanos no siempre son tan recomendables como nos quieren hacer creer.
Hace tiempo intentamos desenmascarar algunos mitos sobre la leche; hoy vamos a hacer lo mismo con el azúcar ayudándonos de una recopilación
efectuada por Darío Pescador en su blog Transformer:
- “El azúcar es necesario para el funcionamiento del cerebro”
Todas las células de nuestro cuerpo, incluidas las del
cerebro, utilizan la glucosa como energía. Pero ello no quiere decir que el
azúcar sea la única ni la mejor fuente de suministro de esa glucosa; existen
otros muchos alimentos que nos la pueden facilitar. Además, está demostrado que
en caso de emergencia el cerebro también puede funcionar perfectamente con
cuerpos cetónicos que proceden de la descomposición de las grasas.
- “El azúcar te da energía”
Esta afirmación es innegable: el azúcar proporciona energía
a nuestro cuerpo pero lo hace de una forma que no provoca ningún beneficio ya
que produce una especie de “subidón” de
media hora y después una caída en picado mientras sube tu insulina y tu cuerpo
se dedica a almacenar toda esa glucosa extra en forma de grasa.
- “El azúcar de caña y la miel son sanísimos”
Existe la creencia que el azúcar refinado es, prácticamente,
“mortal” y que el no refinado y la miel son sanísimos. Efectivamente, los
azúcares no refinados contienen más minerales beneficiosos para nuestro cuerpo,
pero engordan igual, siguen disparando tu insulina y provocan que tu cuerpo
almacene grasa. Igualmente, la miel contiene mucha fructosa que también se
metaboliza en forma de grasa.
- “Un sobre de azúcar en el café no cuenta”
Está claro que los ocho o diez gramos de azúcar de un
sobrecito en el café no tiene excesiva importancia para nuestro cuerpo… siempre
y cuando fuese el único azúcar que ingiriésemos diariamente. Esos gramos
sumados a los 30 de las galletas o la mermelada, a los 25 de un refresco o a
los 5 del kétchup por poner algunos ejemplos, suponen una ingesta de 300 o 400
calorías extras diarias que se convertirán en no pocos gramos de grasa en tus
“michelines”.
- “Los niños deben tomar azúcar”
Los niños necesitan ingerir los mismos alimentos que los
adultos aunque, al estar creciendo, deberían incrementar la ingesta de
proteínas, grasas saludables, minerales y vitaminas. Pero nada de alimentos con
aportes extra de azúcar. La bollería industrial, los caramelos y algunos
cereales enriquecidos para el desayuno deberían desaparecer de las dietas
infantiles, ya que lo único que consiguen es crear una generación de niños
obesos.
Quizá todas estas afirmaciones sean algo estrictas y es indudable que concedernos un pequeño capricho en forma de azúcar periódicamente es más que recomendable. Pero de ahí a hacernos creer bondades inexistentes en este alimento…
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