Desde hace más de 100 años, en los países occidentales, los únicos adelantos en el lavado y limpieza de nuestra ropa han venido de la mano de la industria química: detergentes y suavizantes cada vez más potentes para dejar nuestra ropa más limpia y reluciente. Sin embargo, no en todo el mundo ha sido así: en los países orientales se han estudiado y obtenido mejores resultados con la aplicación de iones negativos con gran poder antibacteriano y desinfectante. O sea, en vez de usar medios químicos han desarrollado medios físicos.
Ya hace tiempo que se oye hablar de las “bolas mágicas” de lavado. Unas bolas plásticas cargadas en su interior de cerámicas naturales e imanes de las que la publicidad promete que, colocadas en el interior del tambor de la lavadora, sustituyen al detergente y al suavizante.
Desde Ecomadres no hemos querido hablar de ellas hasta haberlas probado y el resultado, tras más de un mes de utilización, no puede ser más satisfactorio: ni un gramo de jabón ni de suavizante y la ropa sale limpia y sin ningún olor.
Vale, dejémonos de rollos científicos. ¿Qué ventajas tiene?
- Para empezar, desaparecen los riesgos alérgicos que tienen algunas personas a los restos de detergente que siempre quedan en la ropa tras lavarla.
- Al eliminar el cloro del agua consigue que la ropa no se decolore y mantenga la elasticidad.
- Acabar con las obstrucciones que provocan los detergentes en las tuberías.
- No ensuciamos nuestros ríos, lagos y mares.
Todos conocemos las “nueces de lavado” indias. Los frutos del árbol “Sapindus Mukorossis” sustituyen perfectamente dentro de la colada a los tradicionales detergentes. Sin embargo, su masiva utilización está provocando una deforestación masiva en varios países.
Ya hace tiempo que se oye hablar de las “bolas mágicas” de lavado. Unas bolas plásticas cargadas en su interior de cerámicas naturales e imanes de las que la publicidad promete que, colocadas en el interior del tambor de la lavadora, sustituyen al detergente y al suavizante.
Desde Ecomadres no hemos querido hablar de ellas hasta haberlas probado y el resultado, tras más de un mes de utilización, no puede ser más satisfactorio: ni un gramo de jabón ni de suavizante y la ropa sale limpia y sin ningún olor.
No es magia, solamente se desarrolla dentro del tambor un proceso físico muy simple: los iones negativos rompen las combinaciones de hidrógeno de las moléculas de agua (ni más ni menos que lo que provocan los detergentes) dándole al agua una gran capacidad de penetración, debilitando la adherencia de las suciedades y aumentando el poder de lavado.
Vale, dejémonos de rollos científicos. ¿Qué ventajas tiene?
- Para empezar, desaparecen los riesgos alérgicos que tienen algunas personas a los restos de detergente que siempre quedan en la ropa tras lavarla.
- Al eliminar el cloro del agua consigue que la ropa no se decolore y mantenga la elasticidad.
- Acabar con las obstrucciones que provocan los detergentes en las tuberías.
- No ensuciamos nuestros ríos, lagos y mares.
- No volver a comprar detergentes ni suavizantes. Actualmente, cada lavado nos supone un gasto de entre 25 y 30 céntimos de euro, según el detergente y el suavizante que compremos. Suponiendo que ponemos la lavadora una vez al día, al cabo del año nos habremos ahorrado más de cien euros. La efectividad de la bola es de unos cuatro años, así que cuando nos deshagamos de ella habrá conseguido que nos ahorremos unos cuatrocientos euros. ¡No está nada mal si tenemos en cuenta que su precio ronda los 30 euros!
1 comentario:
Había visto estas bolas en los mercados pero tenía mis dudas. ¿Qué se debe observar a la hora de comprarlas y cuánto cuestan en España para tener una idea aproximada?
¡Gracias por tantos consejos!
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