viernes, 27 de febrero de 2009

Ahorra más de 700 euros anuales en gasolina


El consumo de carburante del coche siempre es un tema que nos trae de cabeza. Uno de los mayores disgustos es comprobar que la aguja del depósito marca ya la reserva, señal inequívoca de que tenemos que acudir a la gasolinera. De acuerdo que, últimamente, el precio ha bajado (aunque nunca lo suficiente) y ya no es el que era, pero tampoco es cuestión de ir tirando los litros de gasolina por la carretera.

Lo mejor para ahorrar es no coger el coche (consumo cero, claro) pero como eso resulta muchas veces imposible, ahí van tres consejos que nos harán rebajar un poco el consumo. Nuestro bolsillo y el medio ambiente nos lo agradecerán.
Cogeremos como ejemplo un coche mediano, con un consumo óptimo (combinando carretera y ciudad) de un 8% que haga, aproximadamente, 15.000 kilómetros anuales. El precio de la gasolina lo estableceremos en un euro por litro.

Uno de los motivos que aumentan considerablemente la factura es la velocidad. Los vehículos suelen consumir lo mínimo circulando en una marcha larga y a 90 Km. De velocidad. A partir de ahí, el consumo aumenta en función de los kilómetros de más elevado al cuadrado. Es decir, pasar de 100 Km/h a 120 Km/h (un aumento del 20%) se traduce en un aumento del 44% en el consumo. ¡Casi nada!

También debemos de combinarlo con el cambio de marchas. No hay que acelerar excesivamente para aumentar la marcha y, siempre que el motor no sufra, deberemos llevar engranada una marcha lo más alta posible para rebajar las revoluciones del motor.
Sumando ambos conceptos, podremos ahorrar unos 500 euros al año. Vale la pena salir cinco minutos antes de casa y no ir con prisas por la carretera, ¿verdad?

Donde también se va un pico es en la climatización.
Con el aire acondicionado puesto, el coche consume aproximadamente un 20% más de combustible. Tampoco es cuestión de asarnos dentro del vehículo en pleno verano, pero unos pequeños trucos nos ayudarán a rebajar esa cantidad.
Siempre es conveniente viajar a una temperatura constante (entre 20 y 24 grados). Subir y bajar la temperatura del interior del coche solo provoca que el compresor trabaje de más. En pleno verano es aconsejable abrir las ventanillas antes de poner el aire acondicionado, ya que el aire exterior es más bajo que el del interior que ha estado expuesto al sol y sin ventilación.
Una vez nos pongamos en marcha, no pondremos el climatizador al máximo ya que lo único que conseguiremos (mientras no se rebaje la temperatura) es consumir más. Cuando lleguemos a la autovía cerraremos las ventanillas (tenerlas abiertas puede suponer el mismo consumo de más que tener el climatizador puesto) y pondremos la recirculación interior. De esa forma, el aire que le llega al compresor ya está más frío que el que le entraría del exterior.

En invierno, apenas arrancado no vale la pena poner la calefacción a tope. El motor está frío y lo único que conseguiremos, mientras no aumente la temperatura, es gastar más.
Cuidado también con la luneta térmica. Con ella activada el consumo aumenta en un litro cada cien kilómetros.
Con estos consejos podremos dejar en la mitad el sobre consumo, con lo que podremos ahorrar (pensando que más de la mitad de los kilómetros los haremos con el climatizador puesto) unos 200 euros anuales.

Por último, aunque en este caso es menos gravoso, está el peso del vehículo. Concretamente nos vamos a fijar en el peso que llevamos en el maletero. He visto a muchos conductores que no quitan durante todo el año la sombrilla, las sillas y las esterillas de la playa. ¿Qué se consigue con esto? Pues que cuando vayamos al centro comercial no nos quepa nada en el maletero y... consumir más.

Se estima que por cada veinte kilos de más, el consumo aumenta en un 1%. No es mucho, ya lo sé, pero ¿para que queremos transportar una caja de herramientas que para si la quisiera el fontanero de mi barrio si después no vamos a saber reparar nada del motor, al ser todo electrónico? o ¿para qué queremos una lata de aceite de 5 litros si los coches de hoy en día no pierden aceite? ¿Y la garrafa de cinco litros de anticongelante o la de tres litros de líquido limpiaparabrisas?
Sumando, sumando, al final nos metemos con cuarenta o cincuenta kilos de más que nos hacen aumentar unas preciosas décimas en nuestro consumo cada cien kilómetros.

A la hora de comprarnos un coche, nos solemos pasar del presupuesto al elegir uno que consuma menos. ¡Ya lo ahorraremos con el tiempo! Con un poco de cuidado lograremos consumir menos incluso con el coche que, en un principio, gastaba más. Y siempre, respetando el medio ambiente.

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