miércoles, 10 de septiembre de 2008

¿Es inmoral beber agua embotellada?







El sueño de miles de millones de personas es el de hacer un pequeño movimiento con la mano y que el agua brote a través del grifo de su propia casa. Cuando en verano llegan hasta nuestro país niños saharauis para pasar unos días de vacaciones con familias de acogida, el detalle que más les asombra no son los coches, ni las televisiones, ni los grandes edificios sino un gesto que nosotros hacemos casi sin darnos cuenta: el girar el mando del grifo y que, por arte de magia, salga agua por el tubo.

Aunque nos creamos que el agua potable en el hogar es algo que existe en todo el mundo, eso no es así. Muchos países carecen de agua potable y algunos de los que la poseen carecen de las infraestructuras adecuadas para llevarla a los hogares de sus conciudadanos. Proporcionalmente, son escasos los países que tienen ese lujo.
Pues bien, es precisamente en esos países, concretamente en los diez países más ricos del mundo, en los que se consume el 75 % del agua embotellada del mundo.



¿Por qué se consume agua embotellada si la que sale por el grifo es de alta calidad (y nos gastamos mucho dinero en ella)? Supongo que las razones pueden ser muy variadas: algunas personas pensarán que tiene mejor sabor que la del grifo, otros creerán que es más segura y alguien dirá que es de mejor calidad, pero casi ninguno de ellos estará en lo cierto. De acuerdo que en algunas ciudades, el sabor del agua del grifo es más bien desagradable, pero esto ocurre en muy pocos sitios. En cuanto a lo de la calidad y seguridad no hay ningún estudio científico que lo certifique. Más bien es al contrario. Las empresas distribuidoras de agua de nuestras ciudades realizan exhaustivos análisis antes de que llegue hasta nuestros hogares.

¿Qué desventajas tiene consumir agua embotellada?
Muchísimas. Por ejemplo el precio: puede llegar a costar entre 240 y 10.000 veces más cara que la del grifo.
Pero lo que más nos importa en este blog es el medio ambiente y, en ese sentido, las desventajas son escandalosas: un litro de agua envasada puede generar 600 veces más CO2 que otro procedente del grifo. En todo el planeta se utilizan 2,7 millones de toneladas de plásticos para embotellar el agua y como en su mayoría esos plásticos son derivados del petróleo (el famoso PET) pueden tardar hasta 1.000 años en biodegradarse.



Pero últimamente, la situación está llegando a extremos cercanos al ridículo. Ya no nos conformamos con el agua embotellada en España; ni tan siquiera con la refinada agua francesa sino que ahora se ha puesto de moda beber agua mineral procedente de países lejanos como las islas Fidji. ¿Os imagináis la cantidad de energía que se ha gastado para traer un litro de agua desde la otra parte del mundo hasta nuestras mesas?
Y me ahorro los comentarios que me merecen aquellas personas que compran agua embotellada específica para sus mascotas. Que tan bien las hay.



El agua embotellada es cara y altamente contaminante. ¿Tu también consideras que resulta inmoral beber agua embotellada?

1 comentario:

Anónimo dijo...

No menos inmoral que el permitir la fluoración de las aguas, ¿por qué al brir el grifo tenemos que beber agua fluorada, teniendo en cuenta que el flúor es uno de los peores contaminantes que existen?.