miércoles, 17 de septiembre de 2008

Las “siete vidas” del escombro


¿Recordáis la última vez que os metisteis a hacer obras en vuestra casa? ¡Menudo jaleo!
Y eso que solo era tumbar aquel tabique para hacer el salón más grande o cambiar cuatro azulejos del cuarto de baño o quitar la bañera (que ya no usamos para no malgastar el agua) que ocupaba mucho sitio o... en fin, fuese por el motivo que fuese, el hacer reformas en casa mientras vivimos en ella es uno de los quebraderos de cabeza más grandes que podemos tener: obreros danzando por toda la casa, polvo en cantidades industriales, falta de materiales, precios que disparan lo presupuestado, plazos que se alargan eternamente... y escombros. Muchísimos escombros. Parece increíble que de una reforma tan pequeña pueda salir tanto deshecho.
Pues bien, en este tema también se puede pensar en ecología porque el escombro, al igual que la energía, no se destruye, sino que transforma, es decir, se recicla y se reutiliza.


Hasta hace aproximadamente diez años, los contenedores, cargados de escombros, iban derechos a la escombrera y allí, cuando ya estaban repletos, se plantaban cuatro hierbajos encima y se olvidaban para siempre. Pero desde hace una década, una ley “prohíbe el abandono, vertido o eliminación incontrolada de residuos en todo el territorio nacional”. A raíz de esto, han proliferado por toda España plantas de recuperación y reciclado de materiales de construcción.
Lo que entra por las puertas de estas plantas es muy variado, desde materiales cerámicos hasta cascotes varios pasando por bloques de hormigón, maderas, chatarra, plásticos o ladrillos. Una vez procesados, de la planta salen materiales que se vuelven a utilizar en las obras, sobre todo grava, zahorra y encachados, es decir, todo tipo de materiales de relleno, clasificados según su calidad y tamaño. El ciclo vuelve a empezar.
Al mismo tiempo, separan los materiales que puedan ser peligrosos para el medio ambiente como pinturas, metales pesados o el amianto que se empleaba antiguamente.


Ya sabes, cuando generes escombros, asegúrate que los obreros que están realizando las reformas lleven los residuos a los vertederos autorizados o tu mismo deposítalos en los puntos verdes que hayan habilitado en tu ciudad. Si no sabes exactamente donde están situados, llama a la concejalía de medio ambiente de tu ayuntamiento y te lo aclararán. Que para eso están.

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