Supongo que los habrá, pero no conozco a nadie que no tenga
en su casa un verdadero arsenal de medicinas “por si acaso”. Si, me estoy
refiriendo al envase de aquel jarabe para la tos que tan bien le iba al niño
cuando era pequeño (ahora ya está acabando el instituto), esas pastillas contra
los mareos que nos recetaron cuando estábamos embarazadas (del mismo niño que
está dejando de ser adolescente) o la pomada que calmaba los dolores musculares
de nuestro Pepe cuando jugaba al fútbol con el equipo del barrio (antes incluso
de que naciera el muchacho que está a punto de iniciar su vida universitaria).
Por curiosidad, mirad la fecha de caducidad que aparece en
las cajas. Si lo pone (porque la obligación de hacerlo “sólo” tiene unos 25 ó
30 años y seguro que alguno rebasa esa edad) comprobaréis que llevan caducados
desde que Felipe González gobernaba en este país.
¿Qué hacer con ellos? En el armario sólo tienen una misión:
ocupar espacio y molestar; así que lo mejor será deshacernos de ellos. Pero,
¡¡¡cuidado!!! tanto los medicamentos como los envases que los contienen son
altamente contaminantes y NO se pueden tirar como basura convencional sino que
hay que depositarlos en contenedores especiales creados para la ocasión.
¿Dónde están estos contenedores? Pues en el mejor sitio
donde los podríamos encontrar: en las farmacias. En todas las farmacias de
España podremos encontrar unos pequeños contenedores llamados “Puntos SIGRE”.
En ellos, los ciudadanos pueden depositar los restos de los medicamentos que
nos sobren de cualquier tratamiento o aquellos que ya estén caducados. También
se deben depositar los envases de cualquier medicamento, aunque estén
completamente vacíos (continúan contaminando el medio ambiente).
La labor de SIGRE, organismo encargado de esta labor, no termina
con la instalación de estos puntos de recogida y el reciclaje de los
medicamentos y deshechos, sino que también realiza campañas informativas
dirigidas tanto al colectivo médico y de enfermería (a la que agradece su
colaboración en el asesoramiento que reciben los pacientes sobre la correcta
eliminación de los medicamentos) como a los centros educativos, encargados de educar y concienciar a las
futuras generaciones sobre los efectos positivos que la recogida selectiva de
medicamentos va a tener en la conservación del medioambiente.
Ahora ya no podéis alegar desconocimiento como excusa para
no reciclar las medicinas. Además, es fácil. Seguro que todos los días pasáis
por delante de alguna farmacia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario